Saga | Número | Año | Editorial | Valoración | Lectura | Formato | Idioma |
Buscando a Alaska | Único | 2005 | Castillo | 3/5 | 24/06/24 - 28/06/24 | Digital | Español |
SINOPSIS
Cansado de su aburrida existencia, Miles, de 16 años, deja su casa para buscar su “gran quizás” en un colegio internado. Ahí su recién descubierta libertad y una enigmática chica, Alaska, lo lanzan de lleno a la vida. Miles se siente que está por alcanzar su objetivo cuando una tragedia inesperada amenaza con arrebatárselo. ¿Cómo la intensidad de la amistad puede terminar en una pérdida devastadora?
RESUMEN
Miles vive una vida ordinaria y rutinaria en Florida, está obsesionado con las últimas palabras de diferentes personalidades y una de ellas, “voy en busca de un Gran Quizá” de François Rabelais, lo motiva a buscar su propio “gran Quizá” en el internado en donde su padre estudió la preparatoria, en Alabama. Al llegar, Miles recibe el apodo de “Gordo” por Chip Martin el “Coronel”, su compañero de habitación y nuevo amigo, quien también lo presenta a Alaska Young, una chica por la que Miles enseguida se siente atraído.
El Coronel, Alaska y Takumi, otro amigo común, no demoran en integrar a Miles a sus convivencias que incluyen fumar, tomar alcohol y hacer travesuras hacia el director de la escuela o sus compañeros.
Las clases comienzan y Miles se siente particularmente intrigado por su asignatura de religiones, donde el doctor Hyde les enseña sobre las perspectivas de 3 religiones respecto a diferentes temas. A Miles le parece una clase adecuada por el hecho de que el profesor comparte todo su conocimiento, pero Alaska no está de acuerdo porque considera que el doctor es un viejo arrogante. Aun así, esto no los detiene de hacer crecer su amistad, o en el caso de Miles, su atracción por ella.
Alaska y Miles pasan juntos la festividad de Acción de Gracias, fumando, tomando y conociéndose entre ellos, hasta que el Coronel los invita a cenar con él y su mamá. Para Navidad, Miles acompaña a sus padres. Algunos días después, antes de que comience el nuevo semestre, Miles, Alaska, el Coronel, Takumi y Lara organizan una travesura para el director, y al terminar disfrutan un día juntos en un granero.
Algunos días después, Alaska, el Coronel y Miles se encuentran juntos tomando hasta quedarse dormidos, pero despiertan cuando escuchan a Alaska alterada y queriendo salir de la escuela, ellos la ayudan y regresan a dormir una vez que se ha ido.
A la mañana siguiente el director los reúne en el gimnasio, donde da la noticia que la noche anterior Alaska había tenido un accidente automovilístico y había fallecido. Al principio, Miles cree que es una broma de ella y, junto con el Coronel, se culpan de lo ocurrido, pues habían visto a Alaska salir borracha y no la detuvieron.
Mientras intentan asimilar que su amiga se ha ido, hacen su mayor esfuerzo por investigar si de verdad fue un accidente o fue un suicidio, pues Alaska no mostraba señales de querer quitarse la vida, según ellos. Logran descifrar algunas pistas de la secuencia de los hechos de esa noche, como que se olvidó del aniversario luctuoso de su mamá y por eso se alteró y salió corriendo de regreso a su ciudad de la infancia, pero nunca consiguen descubrir qué pasaba por la mente de Alaska mientras iba conduciendo.
Finalmente, y después de dejar pasar el enojo con Alaska por haberle dejado tal carga mental y haberlo “abandonado”, pues había compartido un momento especial con Miles la noche de su muerte, él comienza a aceptar su partida y el papel de la chica en su vida y su búsqueda del Gran Quizá.
OPINIÓN
Este libro ha sido de los más complejos para mí, puesto que la primera mitad de la historia puede parecer muy cotidiana y lejos de contribuir al propósito de Miles, que es su Gran Quizá, incluso cuando él piensa que ya lo está encontrando. Es probable que ese punto de vista se deba a mi incompleta comprensión, hasta ese momento, de lo representa el Gran Quizá.
La primera mitad, si bien me parece algo común, es necesaria porque demuestra la personalidad de Miles y su manera de ver el mundo. Es lo suficientemente decidido para atreverse a cambiar su vida monótona en busca de algo más allá de él, pero es de mente débil porque alguien más (una persona muerta, de hecho) es quien le ha dado la idea, luego se observa que, en Culver Creek, hace absolutamente todo lo que le piden, desde comprarle cajetillas de cigarros al Coronel hasta comenzar los hábitos de tomar y fumar por invitación de Alaska, pasando por unirse como cómplice del grupo para realizar todas las travesuras, incluso volverse novio de Lara fue por insistencia de ella y de Alaska.
Una de las incógnitas centrales del libro es la muerte de Alaska, ¿fue un accidente o un suicidio? Si bien no tengo una hipótesis concreta, sí fui capaz de vislumbrar ciertas actitudes de Alaska características de la depresión, por lo que aplaudo que John Green tenga este sello en sus historias de hablar sobre problemas serios. No son aspectos notables de Alaska, al contrario, están muy ocultos, y como Miles y el Coronel es difícil saber con exactitud si esas ideas y actitudes que rondaban sus pensamientos la empujaron a aprovechar la oportunidad que tuvo frente a ella al ver la patrulla atravesada en la carretera.
La segunda mitad, representa un cambio en Miles, algo que concuerda con la manera de titular los capítulos, como un antes y después de Alaska. Miles abandona la bebida, se niega a ciertas peticiones de sus amigos, rechaza participar en sus planes o travesuras, hace cosas por convicción propia y se enoja con Alaska, a quien idolatraba en vida, al darse cuenta que no era quien él idealizaba.
Lo principal es la metáfora del laberinto que, a su vez, da conclusión a la búsqueda del gran Quizá (y lo que me ayudó a comprender ese concepto, finalmente). En la historia, Alaska menciona que, según un libro, las últimas palabras de Simón Bolívar fueron “¡Cómo voy a salir de este laberinto!, ella entiende que el laberinto significa sufrimiento, el sufrimiento que implica estar vivo y ella respondió “derechito y rápido”, tal y como ella murió (lo cual también me inclina a pensar que su muerte fue un suicidio, pero no tendría sentido porque no tenía manera de saber que se le presentaría una oportunidad así en plena carretera a altas horas de la madrugada), y tal y como ella salió.
Vivir el laberinto significa vivir el presente, y más allá de eso, sobrevivirlo, la única manera de hacerlo es con la esperanza del Gran Quizá. Este último representa también el presente, pero lo opuesto al laberinto, es atreverse, salir de la zona de confort, o simplemente salir de la rutina para conseguir un futuro que todavía no está escrito o diferente al que puede vislumbrarse fácilmente con lo que se vive en el presente, es disfrutar, aprovechar y apropiarse de las acciones y decisiones guardando esperanza sobre lo que puede resultar de cada una de ellas. Cada camino, incluso los rincones sin salida, es una posibilidad esperando por ser vivida.
Lo ideal no es salir del laberinto, porque no hay manera de vivir sin existir en él; sino aferrarse al Gran Quizá, porque sólo viendo al mundo desde esos ojos es posible no sólo sobrevivir al laberinto, sino vivirlo plenamente.
CONCLUSIÓN
Una vez más, John Green me demuestra que todas las historias importan, aún más cuando no hay una batalla del bien contra el mal de por medio, porque eso significa que vemos a los personajes enfrentándose a la realidad, algo de lo cual podemos obtener aprendizajes significativos.
Buscando a Alaska es de los mejores libros para reflexionar y entender que las preguntas tienen respuestas, pero no siempre tendremos acceso a ellas. No es mi favorito, sin embargo, puede ser de ayuda cuando nos enfrentamos a cambios o simplemente al miedo a vivir.
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